¡Hola pequeña!

¡Hacía tiempo que no hablábamos! No te voy a engañar que me había olvidado por completo de ti. He dedicado demasiado tiempo a los demás que no recordaba que seguías existiendo. Gracias por no haber desaparecido, por haber tenido paciencia hasta recibir estas letras.

Seguro que te preguntarás qué ha pasado, por qué no he vuelto a escribirte. Ya estoy imaginándome cómo lloras de felicidad al poder leer estas palabras tras tanto tiempo. Pero créeme que crecer no es fácil.

Quiero ser lo más clara y sincera contigo, aunque quizá estas palabras duelan. Sé que desearás no estar sola nunca más. ¿Te acuerdas aquella vez que te perdiste en un centro comercial? Recuerdo como si pasara ahora mismo que te sentiste la persona más sola y abandonada a pesar de estar rodeada de tantísima gente. Déjame decirte que te seguirá pasando, pero ésta vez tu madre no vendrá a buscarte. De hecho, nadie sabrá que te has perdido.

Mi pequeña. Nunca tendrás suficiente dinero para cumplir tus sueños más ambiciosos, pero no te rindas, ¿vale? Siempre acabarás saliendo airosa. La suerte te sonreirá y tú deberás devolverle esa sonrisa. Recuerda que tus sueños serán los que te mantengan cuerda en este loco mundo cargado de superficialidad y personas planas, que pasan por la vida sin despeinarse. No te preocupes, no todas las personas son iguales y conocerás a seres maravillosos. Y nunca imaginarías que dos seres de orejitas puntiagudas te harían la persona más feliz del mundo, que se convertirían en tu familia cuando flaquees, cuando necesites encerrarte, cuando no quieras contacto con la realidad. Estés como estés ellas siempre estarán ahí. Sin condiciones. Sin dilación.

Conocerás a muchísima gente de la que te enamorarás, pero cometerás el error de colocarlas delante de ti, muy por delante de ti. Y te dedicarás a ellos para hacerlos felices. ¡No pequeña! ¡No lo hagas! Quizá sea ésto lo que te duela más, pero tú no serás la prioridad de ninguna de esas personas, aunque lo desees con toda tu alma no todo el mundo se entregará como tú lo harás. Y no es que sea algo malo, ellos lo hacen bien, tú quizá deseas algo que ya no existe y pensarás que, en realidad, no lo mereces. Así que comprenderás con lágrimas en los ojos cómo, tras tanto esfuerzo, ellos siguen siendo ellos y tú has perdido el rumbo. Y te culparán por ser así, mientras tú no entenderás qué has hecho mal. Porque siempre pensaste que el amor hay que entregarlo, pero no comprendes porque nadie te lo entregará nunca a ti.

Estarás muchos años perdida esperando un milagro que quizá nunca pase. Que quizá tengas que quedarte sola. Que no exista un final feliz para ti. Que tu destino no sea compartir la vida con alguien. Pero con los años irás comprendiendo que la única persona en el mundo que va a priorizarte, la única persona en el mundo que va a comprenderte, la única persona que puede darte un brazo para volver a levantarte serás tú misma.

Un día cualquiera lo entenderás y te enfadarás por haber perdido tiempo por haberte olvidado de ti misma, por haberme olvidado de ti, mi pequeña. Quizá nunca encuentres a nadie que te haga feliz, quizá tus cuentos de hadas nunca se cumplan, quizá tendrás que sobrevivir con lo que encuentres por el camino. Y a tu alrededor encontrarás la felicidad de tus allegados, amigos y seres queridos y te sentirás plena por verles crecer. Sentirás, de vez en cuando, punzadas de desesperación y tristeza. Es normal. Así es la vida, pero ya sabes que eres fuerte.

Pero te prometo que no te dejaré de escribir esta vez, que nunca más me olvidaré de ti.

Y es que eres la única que no me ha fallado jamás. La única que puede ayudarme. La única que puede calmar mis ganas de explotar, de huir, de desaparecer.

No esperes nunca un milagro, no dejes la vida pasar.

Y, por favor, no me olvides pues yo no pienso olvidarme de ti.