Dicen que entre los 20 y los 35 se pasan los mejores años de la vida. Es el momento de crecer y convertirnos en adultos hipócritas e infelices. A pesar de eso, sí creo que sea cierto que son los mejores años, es el momento en el que te formas como persona a pesar de los constantes golpes que te vas llevando en el transcurso de los años. Pero también te conviertes en una persona indigna que ha de seguir la senda de los más fuertes para sobrevivir. Eso es hacerse mayor, señores.
Pero yo sólo tengo 21 años, acabo de empezar el camino hacia «los mejores momentos» y los voy a disfrutar señores, vaya que sí, los voy a disfrutar. Sólo se vive una vez, o eso es lo único que se sabe hasta que no descubramos que hay detrás de la muerte, y el tiempo es tan efímero para un ser humano que no es cuestión de ir desperdiciándolo por ahí. Tiempo, tiempo, tiempo, tiempo y deber, deber, deber, deber. Bazofia de palabrería insignificante pero necesaria.
Me aburro, sí, me aburro… de estar aquí sentada sin hacer nada. Tengo ganas de acabar esta etapa y empezar otra y descubrir que hay más allá de lo que puedo alcanzar a ver aquí. Ya sabéis, soy un culo de mal asiento, un alma inquieta pintada con los colores del arco iris. Siendo dewarista siempre, siendo chachi hasta los confines de mi alma.
Y sigo contando los colores… hay tantos. ¿Habéis atravesado alguna vez la escala de los ultravioletas? Es precioso. Ven conmigo a verlos ^^.
Seguid soñando 😀
dushmont
gracias por tus dos últimos posts, y a propósito de tu foto solo puedo decir que eres bella