¿Por qué odiamos? ¿Odiamos porque amamos? No, no soy de las que creen en que no podemos vivir sin el sentimiento opuesto.

Yo nunca he llegado a odiar. Y lo digo así de claro. Sí he sentido ira, rabia, desesperación, frustración, casi agonía a veces. Sin embargo, apenas he tenido que esforzarme en amar. A los seres humanos no nos cuesta amar.

Sólo tenemos miedo hacerlo. Pero, ¿por qué?

Ayer estuve leyendo sobre la nueva campaña de la marca de ropa Benetton a la que ha llamado Unhate y no tengo ningún reparo en decir que se me saltaron las lágrimas. Ésas lágrimas eran de incomprensión. No comprendo el odio.

Aplaudo el valor de las imágenes que ilustran la campaña. Arriesgadas y polémicas, pero con un mensaje claro. Tres muestras de ello:

El Papa y el representante de la mezquita de Al-Azhar:

campaña benetton unhate

El líder chino Hu Jintao y el presidente Obama:

campaña benetton unhate

Ángela Merkel y Sarkozy

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Como era de esperar el Vaticano ha puesto el grito en el cielo y ha pedido la retirada INMINENTE de estas imágenes. Estrategia de Benetton cumplida: ya está circulando por todos los medios y es caldo de cultivo de debates, cotilleos y reuniones de café y birras.

Bravo, ojalá vuestro eslogan no sea más un eslogan. Ojalá acabe convirtiéndose en la realidad.

De ilusiones vive una.

Os dejo el vídeo con el que no pude evitar emocionarme:

Dejad de odiar.